El jugador de Tacuary, Víctor Ferraz, generó debate luego de su entrevista postpartido tras la derrota ante Cerro Porteño por la séptima fecha del torneo Clausura. Ferraz expresó su preocupación por el estilo de juego en el fútbol paraguayo, comparándolo con el balompié de Brasil y sugiriendo mejoras para hacerlo más atractivo para los aficionados.
Ferraz no se guardó sus palabras al señalar una de las mayores diferencias que percibe entre el fútbol de Paraguay y Brasil. “Es muy diferente de Brasil, los partidos están siempre parados, la pelota nunca está en juego, mucha detención y creo que eso es malo”, comentó el mediocampista. A su juicio, el continuo detener del juego afecta la fluidez y perjudica tanto a los jugadores como a los espectadores.
El futbolista destacó que en Paraguay existen buenos jugadores y entrenadores, pero subrayó la importancia de mantener el balón en movimiento para ofrecer un espectáculo más entretenido. “El juego tiene que andar un poco más. No se puede jugar así. El partido para mucho, se enfría y es malo para los hinchas”, agregó.
El encuentro en Encarnación terminó con una derrota por 1-0 para Tacuary, en un partido donde Cerro Porteño supo aprovechar una de las pocas oportunidades claras. Sin embargo, más allá del resultado, las críticas no solo vinieron de parte de Ferraz. Manolo Jiménez, entrenador de Cerro Porteño, también mostró su descontento, esta vez con el estado del campo de juego.
“Es complicadísimo jugar al fútbol al ras, en este campo lo que hay que hacer es jugar al vóley. El balón siempre en el aire, a pelear y pegar cabezazo”, manifestó el técnico español en la conferencia de prensa postpartido. Estas declaraciones reflejan que tanto jugadores como entrenadores coinciden en la necesidad de mejorar las condiciones para que el fútbol paraguayo pueda ofrecer un espectáculo de mayor calidad.
Las críticas de Ferraz ponen en evidencia un problema recurrente en el fútbol paraguayo: la falta de dinamismo en los partidos. Los constantes cortes en el juego, sumados a la baja calidad de algunos campos de juego, limitan el potencial de los jugadores y afectan la experiencia de los aficionados. Mejorar estos aspectos sería clave para elevar el nivel de la competición y hacerla más competitiva tanto a nivel local como internacional.
Para lograr un juego más dinámico, sería fundamental implementar modificaciones en los arbitrajes, promoviendo la continuidad del juego y sancionando con mayor rigor las pérdidas de tiempo. Además, los clubes deberían enfocarse en mejorar las infraestructuras de sus estadios, ofreciendo superficies que permitan un desarrollo técnico más fluido y atractivo.
Las palabras de Víctor Ferraz no solo invitan a una reflexión sobre la actualidad del fútbol paraguayo, sino que también abren la puerta a un debate sobre cómo mejorar la competitividad de los equipos nacionales. Si bien la pasión y el talento están presentes, optimizar las condiciones de juego se vuelve imprescindible para que el fútbol local pueda evolucionar y posicionarse mejor a nivel continental.
En un fútbol donde las voces de los protagonistas son esenciales, las opiniones de jugadores como Ferraz y entrenadores como Jiménez deben ser consideradas para generar cambios positivos. Si se logran implementar mejoras en el ritmo de juego y las condiciones en que se disputa cada partido, el fútbol paraguayo podría dar un salto cualitativo significativo en los próximos años, beneficiando a todos los involucrados.